Mastitis durante la lactancia
La mastitis es la inflamación de la mama por la obstrucción de la leche en los conductos y/o la infección bacteriana de alguna grieta en el pezón.
Se produce por un desequilibrio en la flora bacteriana del pecho, hay un aumento de la concentración de ciertas bacterias (Staphylococcus, strectococcus…) y la desaparición de bacterias beneficiosas de la leche. Los conductos durante esta situación se inflaman y se llenan de estas bacterias causando dolor, obstrucciones, grietas, blancos (perlas de leche)...
Tipos de mastitis
- Mastitis Aguda: la más fácil de diagnosticar, pero no la más frecuente. Se caracteriza por producir fiebre, malestar general (dolores musculares y escalofríos), enrojecimiento y endurecimiento del pecho.
- Mastitis Subaguda: se caracteriza porque el único síntoma es dolor en el pecho en forma de pinchazos o latigazos y sensación de quemazón. Pueden producirse grietas y endurecimiento del pecho pero no se produce fiebre.
- Mastitis Subclínica: no presenta dolor ni fiebre y se caracteriza por el endurecimiento del pecho y una disminución de la secreción de leche por la obstrucción de los conductos, lo hace que las tomas sean más largas y frecuentes. El bebé pasa de estar tranquilo y relajado a estar irritable, tiene un amamantamiento agresivo y tira bruscamente del pezón.
Lo que no se debe hacer en casos de mastitis
No hay ninguna razón para suprimir la lactancia. La continuación de la lactancia durante el tratamiento de la mastitis aumentará el confort de la madre, acortará la duración de los síntomas y permitirá continuar con la lactancia una vez superado la mastitis. Solamente en caso de producirse un absceso mamario está contraindicada la lactancia y debe realizarse un drenaje quirúrgico.
No se debe extender unas gotas de la propia leche sobre el pezón en casos de mastitis porque favorece la propagación de las bacterias causantes de la mastitis.
No se debe aplicar cremas con lanolina en el pezón porque se crea un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano. No hay problema para hacerlo mientras no haya síntomas de mastitis pero, ante su presencia, es preferible evitarlas.
No es recomendable la aplicación de calor. La temperatura del pecho aumenta creándose las condiciones óptimas para la multiplicación de las bacterias causantes de las mastitis. En los casos de mujeres con una retención tan importante que únicamente sientan alivio con la aplicación de calor, éste debería aplicarse inmediatamente (3-5 min) antes de la toma, y seguidamente frío local (5-10 min).
El uso de antibióticos durante el último tercio del embarazo, el parto y/o la lactancia pueden favorecer el desarrollo de una mastitis infecciosa.
En cualquier caso deberían administrarse probióticos a todas las madres que recibieran tratamiento antibiótico por la razón que sea con fines preventivos.
Tratamiento de la mastitis
Para diagnosticar una mastitis y definir el tratamiento más adecuado debería realizarse siempre un cultivo de la leche con antibiograma que determine la bacteria que lo causa y la sensibilidad a los antibióticos. Y no sólo en caso de mastitis aguda, también en caso de dolor, sin fiebre y sin enrojecimiento del pecho (mastitis subaguda).
Es necesario mantener la lactancia con la ayuda de analgésicos (ibuprofeno) y probioticos.
1) Ibuprofeno
Es fundamental no solo tratar la fiebre y el malestar de las mastitis, sino también la inflamación con ibuprofeno 600 mg cada seis u ocho horas. (No es conveniente el empleo de corticoides ya que, aunque pueden aliviar momentáneamente la sintomatología, también pueden favorecer una progresión de la infección.)
2) Probioticos
Es necesario combinar el ibuprofeno con el probiótico para disminuir la inflamación durante 2-3 semanas mínimo. La posología del probiótico depende de las unidades formadoras de colonias (ufc). Se deben tomar 3x109 ufc al día en total.
Si se toman 109 ufc tres veces al día, a la hora de dejar el probiótico se debe hacer de forma paulatina. Es decir, si se toman tres al día pasar a dos, si no hay dolor durante unos días pasamos a uno, y si sigue sin dolor ya podemos dejarlo.
Ciertos lactobacilos representan una alternativa más eficaz que los antibióticos para el tratamiento de las mastitis, y no presentan los efectos secundarios de éstos (candidiasis, diarrea…):
- Lactobacillus salivarius parecen ser las mejores probióticos para el tratamiento de las mastitis subagudas ya que son eficaces en más de un 90% de los casos. Pero en España todavía no está comercializado.
- Lactobacillus fermentum CECT571613, eficaz en un 65-70% de los casos (Lactanza Hereditum)
- Lactobacillus reuteri y lactobacillus acidophilus presentan una eficacia notablemente inferior (<30% de los casos) debido a que están seleccionadas para otro tipo de problemas como gastroenteritis infecciosas pediátricas, que requieren cepas con otras propiedades. (casenbiotic)
3) Antibióticos
Habitualmente, el tratamiento de la mastitis se hace con la observación de los pechos, sin hacer un cultivo y suele consistir en la prescripción de cloxacilina, amoxicilina, amoxicilina-ácido clavulánico, mupirocina o eritromicina. Pero un porcentaje cada vez más elevado de bacterias implicadas en la mastitis son resistentes a estos antibióticos. Por este motivo, una parte de las mastitis tratadas con antibióticos derivan en una infección crónica o recurrente.
- Para el tratamiento de las mastitis agudas la prescripción más habitual es amoxicilina + ácido clavulánico (1.000/62,5 mg) en comprimidos de liberación prolongada. Se deben usar dosis altas del antibiótico para minimizar la generación de cepas resistentes, aunque desgraciadamente el antibiótico a veces no es eficaz y la mastitis aguda se convierte en mastitis subaguda.
- En general, los agentes causantes de mastitis subagudas y subclínicas son más resistentes a los antibióticos pero responden bastante bien al tratamiento con probióticos.
En los casos en que el tratamiento probiótico no mejore el problema se suele optar por un antibiótico como segunda opción: Ciprofloxacino con una dosis de 750 mg cada 12 h.
Los suplementos de hierro (frecuentes en las vitaminas para la lactancia) disminuyen los niveles de ciprofloxacino en sangre, por lo que reducen su eficacia. La toma del ciprofloxacino debería alejarse lo más posible de las vitaminas o suspender estas mientras dure la toma del antibiótico.
Recogida de leche para cultivo microbiológico:
- Las muestras se deben recoger inmediatamente antes de una toma y, si es posible, tras haber trascurrido al menos 2 horas desde la toma anterior.
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- No se debe aplicar ningún tipo de pomada o solución tópica (lanolina, antibióticos, antisépticos, antiinflamatorios, productos de homeopatía…)
- No se debe utilizar ningún tipo de accesorio (conchas de recogida de leche, pezoneras, ni discos absorbentes) que provoque una acumulación de leche en contacto directo con las areolas y los pezones. En caso contrario, se deben lavar el pecho con agua y jabón.
- Inmediatamente antes de la recogida, lavarse las manos con agua y jabón.
- La recogida de muestras de leche para un análisis microbiológico se debe efectuar mediante extracción manual, sin la ayuda de ningún tipo de accesorio (pezoneras, formadores de pezones…). En ningún caso se deben emplear sacaleches.
- Recoger 1 ml de leche tras descartar las primeras gotas, en un envase estéril, como los empleados para análisis de orina. Hay que recoger una muestra de cada pecho (cada una en un envase independiente). Empezar por el pecho más afectado (no usar envases no estériles)
- Las muestras pueden permanecer sin refrigerar un máximo de 1 hora. Si el tiempo de entrega va a ser superior a 1 hora, se pueden mantener en la nevera durante un máximo de 12 horas. Si el tiempo de entrega de las muestras va a ser superior a 12 horas, y no hay posibilidad de obtener nuevas muestras, es preferible conservarlas congeladas.
- Intentar mantener la cadena de frio en el transporte de las muestras al centro de salud o laboratorio.