Elasticidad del perineo
Una de las mayores preocupaciones de las embarazadas a medida que se acerca la fecha del parto es que éste pueda generar secuelas a largo plazo como incontinencia urinaria, rectal o dolor por daño en la región perineal, que es la zona de piel y músculo comprendida ente la vagina y el ano.
El masaje perineal durante el embarazo es una de las herramientas más importantes para prevenir el trauma en la zona genital y conseguir terminar el parto con un periné intacto o, al menos, una recuperación postparto mucho más rápida.
Durante el parto, los tejidos que forman el periné van a tener que sobre estirarse muchísimo para permitir la salida de la cabeza del bebé, corriendo el riesgo de desgarrarse o necesitando una episiotomía (corte en el tejido perineal para ensanchar la salida vaginal y que afecta a la piel, la mucosa y el músculo).
El objetivo principal del masaje perineal es flexibilizar la zona, dar elasticidad y hacer más flexibles los tejidos y los músculos, favoreciendo su relajación en el momento del parto.

Este masaje puede reducir la necesidad de realizar una episiotomía y de que se produzca un desgarro que afecte al esfínter anal, con los problemas posteriores que esto puede ocasionar en la continencia fecal y hemorroides.
Además con el masaje perineal existe menos probabilidad de presentar dolor a los tres meses tras el parto.
Para que sea eficaz, el masaje perineal deberá comenzar a partir de la semana 34 de gestación, con el fin de asegurar que se va a realizar durante al menos tres semanas para las mujeres que den a luz en la semana 37. La frecuencia del masaje será de tres días a la semana y durará entre cinco y diez minutos cada vez.
Es muy sencillo de realizar y no tiene ningún efecto perjudicial. Lo puedes hacer tú misma utilizando los pulgares o tú pareja con los dedos índice y corazón.
Antes de empezar es conveniente vaciar la vejiga, lavarse las manos y asegúrate de que las uñas están cortas para no provocar una infección.
Para ablandar los tejidos perineales puedes realizar el masaje después de una ducha o poner paños calientes en la zona un rato antes.
Colócate en una postura cómoda y utiliza un espejo para poder visualizar tu periné.
Puedes emplear aceites específicos para masajes de la zona vulvar como el de weleda o pranarom o aceite de rosa mosqueta, ya que es rico en ácidos grasos esenciales y posee un gran poder nutritivo y regenerador.
¿Cómo se hace el masaje perineal?
- Introduce los dedos previamente lubricados con aceite en el interior de la vagina unos 3 o 4 centímetros, contactando con la parte posterior.
- Presiona ligeramente y desliza los dedos hacia los lados de la pared vaginal, sin llegar a la parte superior donde se encuentra el orificio por donde sale la orina para evitar infecciones.
- Vuelve hacia el centro deslizando igualmente los dedos y repite el mismo movimiento hasta que notes calor en la zona.
- Puedes realizarlo también con una sola mano, si utilizar las dos te resulta complicado por el tamaño de la barriga.
- A continuación, vuelve a colocar los dedos en la zona de comienzo, en la pared posterior de la vagina y presiona suavemente, pero con firmeza, en dirección al ano sin deslizar tus dedos y mantén entre uno y dos minutos o hasta que notes una leve sensación de quemazón.
- Para terminar, con las manos en la misma posición del inicio, utilizando el pulgar y el resto de los dedos a modo de pinza, realiza estiramientos de todo el tejido de dentro de la vagina hacia fuera durante unos minutos.

El masaje perineal no debe ser doloroso, aunque sí se debe apreciar bien el estiramiento de los tejidos. Durante la primera semana puede resultar especialmente molesto. Si es así, puedes disminuir la duración del masaje e ir aumentando el tiempo de realización poco a poco en los siguientes días.
Esto es normal, ya que los tejidos del periné aún no están acostumbrados y son poco flexibles, pero en las dos semanas siguientes las molestias disminuyen hasta desaparecer, ya que tu cuerpo se habrá familiarizado con la sensación de estiramiento, que será en cierto modo similar a la presión que ejercerá la cabecita de tu bebé en el momento de su nacimiento.
El masaje perineal no se debe realizar cuando hay:
- Infecciones vaginales de repetición o activas.
- Placenta previa.
- Rotura prematura de membranas.
- Amenaza de parto prematuro.
- Cesárea programada.
Después de una episiotomía o desgarro también es conveniente hacer un masaje de la cicatriz, sobre todo si existe dolor a los tres meses tras el parto.
En algunos casos, el corte de la episiotomía puede cicatrizar de forma más engrosada de lo normal y provocar tiranteces, acompañadas de dolores perineales persistentes tras la cicatrización o durante las relaciones sexuales.
Para evitarlo, es conveniente hacer un masaje de la cicatriz y de la región perineal para dar elasticidad al tejido cicatrizal.
Se comienza a realizar cuando la herida está bien curada y no hay ningún punto infectado. Esto suele suceder entre la tercera y la quinta semana después del parto, aunque el período de cicatrización varía en cada caso.
Al igual que para practicar el masaje perineal, es preferible hacerlo después de darse un baño o ducha, ya que esto ayudará a ablandar el tejido. Para hacerlo, debemos seguir los siguientes pasos:
- Poner aceite en los dedos y extenderlo bien por la cicatriz.
- Pinzar la cicatriz con dos dedos, en el interior y exterior de la vagina y realizar un movimiento suave y circular sobre ella hasta notar que se va ablandando.
- Introducir el pulgar en la vagina y palpar dónde termina la cicatriz. A continuación, masajearla suavemente con movimientos circulares de fricción y deslizando el dedo suavemente sobre ella de dentro a hacia fuera de la vagina.
- Sobre la parte externa de la cicatriz fricciona el tejido con tus dedos, realizando movimientos en todos los sentidos: de derecha a izquierda, en círculos y también en sentido longitudinal.
- El masaje se realiza de 3 a 5 minutos al día hasta que mejoren las molestias.
- Si además practicamos ejercicios de kegel todos los días conseguiremos contrarrestar estos aspectos negativos y mantener en mejor estado el suelo pélvico.
Si tienes dolor durante las relaciones sexuales, pérdida de sensibilidad en la zona o prolapso (descenso de los órganos pélvicos por el tracto vaginal) seis semanas después del parto se lo deberías comunicar al médico.