Anticelulíticos para embarazadas
La mayoría de las mujeres desarrollamos celulitis por una razón evolutiva y de supervivencia.
Vamos a intentar tranquilizar a esas mujeres que se están preocupando desde el principio del embarazo por ella. La celulitis durante el embarazo es transitoria, por eso el uso de anticelulíticos durante el embarazo no va a dar resultados óptimos. Aun así, sí estas embarazada y quieres seguir usando anticelulíticos hemos elegido varias opciones para que los uses con total tranquilidad.
Lo primero es entender el origen de la celulitis. Desde el punto de vista evolutivo, partimos de la base de que el organismo de la mujer está optimizado para la procreación. El proceso de formar un bebé durante 9 meses, y posterior periodo de lactancia, requiere cantidades enormes de energía. Y esta energía extra se obtiene de la lipólisis del tejido adiposo. La lipólisis es el proceso metabólico mediante el cual los lípidos del organismo son transformados para producir ácidos grasos y glicerol para cubrir las necesidades energéticas.
Las mujeres, por tanto, evolucionaron para ser mejores acumuladoras de grasa. Aparte de requerir más grasa, ésta se distribuye de manera diferente:
- En los hombres, la grasa tiende a acumularse en el abdomen como grasa visceral. Esta grasa es peligrosa, ya que puede interferir con el correcto funcionamiento de los órganos. De hecho el perímetro de la cintura en los hombres es un buen indicador del riesgo de mortalidad para varias enfermedades (problemas del corazón, diabetes…). La grasa visceral se alberga debajo de los músculos, por eso en algunos casos vemos a hombres con barrigas enormes, pero muy duras. Son duras porque por encima de la grasa se encuentran los abdominales.
- En las mujeres, la grasa tiende a acumularse en los muslos y glúteos. Si bien esta grasa es subcutánea (entre la piel y los músculos), y por tanto no es peligrosa, las particularidades del tejido conectivo de la mujer hacen que se formen los famosos bultos que caracterizan a la piel de naranja.
No sólo la distribución es diferente entre hombres y mujeres. La grasa tiene también objetivos distintos. En las últimas semanas del embarazo, y especialmente durante la lactancia, la grasa de glúteos y muslos, se reduce enormemente, como muchas madres habrán notado. El motivo es que esta grasa es especialmente rica en DHA (ácido docosahexaenoico, un tipo de Omega 3), muy valioso para el desarrollo cerebral y la vista del recién nacido, y componente importante en la producción de la leche materna. La leche materna contiene más del 50% de grasa saturada, por algo será.
Muchos estudios demuestran que incluso con restricción calórica importante, el cuerpo femenino se resiste a deshacerse de la grasa de glúteos y muslos, ya que la reserva para el bebé. No olvidemos que la prioridad de nuestro cuerpo, después de sobrevivir, es procrear.
¡Tu celulitis es necesaria! ¿No arroja eso cierto enfoque diferente sobre ella?
Al comienzo del embarazo, este riesgo de sufrir celulitis aumenta debido al incremento de la acción hormonal que influye de forma directa en la acumulación de grasa y en la retención de líquidos. Pero durante los últimos meses de embarazo y durante la lactancia, la grasa de glúteos y muslos se reduce porque el organismo extrae de ella el DHA.
Además, durante la gestación se produce la prolactina, una hormona que ayuda a preparar las glándulas mamarias para la lactancia, y que también estimula la formación de células grasas, lo que favorece la retención de líquidos en los tejidos grasos.
Si bien en la mayoría de los casos nuestro cuerpo vuelve a la normalidad, es posible que los kilos de más sean un poco más difícil de dejar atrás.
Seamos realistas, durante el embarazo el uso de anticelulíticos no sirven de mucho porque no vamos a obtener los resultados esperados. Es más conveniente controlar todos aquellos factores implicados en la progresión del proceso. En ese sentido, es muy importante tener una alimentación sana y equilibrada con abundante ingesta de fibras (frutas y verduras), para facilitar el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento. Así como beber al menos 2 litros de agua al día.
Durante este periodo los omegas son más importante que nunca, no solo para el bebé que está creciendo dentro de ti, sino también para tu piel.
Los pescados azules ricos en omegas (como el salmón y el atún), son una de las mejores fuentes de ácidos grasos esenciales fortalecedores de la piel. El salmón tiene un nivel muy bajo de mercurio y muy alto de omegas, que mantienen tu piel elástica, aumentan la leche materna y ayudan al desarrollo del cerebro del bebé.
El aguacate y los frutos secos también son una gran fuente de omegas.